Desde luego. Las antiguas cárceles irlandesas son sitios realmente fascinantes y nos cuentan todo tipo de historias, desde convictos exiliados a Australia a luchas políticas.
Puede que la cárcel más famosa sea
Kilmainham Gaol, la cual jugó un papel muy importante en la historia de Irlanda entre las décadas de 1790 y 1920. Esta vieja prisión revela las terribles condiciones de vida en las que vivían los presos a principios del siglo XIX cuando las enfermedades eran abundantes y cuando hombres, mujeres y niños convivían en el mismo espacio. Esta cárcel también alojó a los líderes políticos y militares más famosos de la historia de Irlanda, antes de que cerraran sus puertas en 1924.
A día de hoy, es una de las cárceles deshabitadas más grandes de Europa y una de las atracciones turísticas más famosas de Dublín. Cuenta con visita guiada y exposición.
Conocida como la Alcatraz irlandesa, la
Isla de Spike se encuentra en el tempestuoso océano Atlántico fuera de la costa de Cork. En lo alto de esta roca en medio del océano, la fortaleza de Spike se va distinguiendo a medida que te acercas en el ferry y pronto te das cuenta porque ganó su sobrenombre, “El Infierno Irlandés”. Lo que es realmente impactante de la Isla de Spike son sus 1300 años de historia, desde que fuera un monasterio en el siglo VI. Sin embargo, no fue hasta la época victoriana del siglo XIX cuando la isla se convirtió en centro de castigo y horror, 2300 presos vivían apiñados en esta cárcel, casi 40 hombres por habitación. Más de 1000 hombres murieron en la década de 1850, mientras que otros enloquecieron debido a las duras condiciones en que vivían. Hay visitas organizadas a la isla durante todo el día, pero si tienes la oportunidad, te recomendamos hacer la visita nocturna guiada “After Dark Tour”, donde puedes pasear por la prisión abandonada y sentarte en una solitaria celda. ¡Escalofriante!
Remontándonos al 1845, la prisión de
Crumlin Road Gaol en Belfast es considerada como uno de los lugares más encantados de Irlanda. Con una sala de ahorcamientos, una de flagelación y una cámara de ejecuciones labrada en piedra en el ala C, es fácil imaginar el horror que un día se vivió en estas salas. En la visita se respira algo que pone los pelos de punta, pero los expertos guías te mantendrán a salvo de fantasmas y espíritus malignos que puede que aún se encuentren entre los muros de esta cárcel.